Fundado el 18 de Mayo de 1981, en oportunidad de recibir el título de Contador Público, Mario Luis Del Monte y Martha Magdalena Levrino, en la ciudad de Paraná, Entre Ríos.
El Estudio comenzó en la mencionada ciudad desempeñando actividades básicas de liquidación de impuestos nacionales y con una cartera de clientes reducida.
El 30 de Octubre de 1982, los titulares se radican en la ciudad de Gualeguaychú, incorporando a su clientela pequeños comerciantes y un importante comercio que marcó el inicio de una actividad creciente y dedicada a la atención personalizada de los clientes que se incorporaban al Estudio. Esta nota diferencial fue imaginada como un valor agregado para lograr una expansión en el futuro. También como característica de los servicios se pone especial acento en el estudio de casos concretos o de actividades económicas específicas buscando soluciones a problemáticas diferenciales.
Esta dedicación marcó un aspecto distintivo en el medio, lo que posibilitó que se acercaran empresas pequeñas y medianas a requerir los servicios profesionales, las cuales fueron creciendo con el Estudio, y éste incorporando otros profesionales con idéntico perfil para satisfacer las demandas de los clientes.
Es así como tenemos en la cartera de clientes, desde empresas agropecuarias, pasando por comercios minoristas, industrias y llegando a empresas de salud.
El 1º de Febrero de 1997 el Estudio se traslada a sus nuevas instalaciones de calle Magnasco 52, siempre en la ciudad de Gualeguaychú incorporando como socio al Cr. Sebastián Daroca, con excelentes antecedentes adquiridos en la Capital Federal y trabajando en empresas de primera línea. Esta incorporación da inicio al Estudio Del Monte, Levrino, Daroca & Asociados.
El ingreso de clientes de otras localidades de la Provincia, exige otra dinámica, lo que es acompañado con el soporte de personal especializado y del aporte de otros contadores que ingresan al staff.
Este crecimiento da lugar a la incorporación de una representación en Capital Federal con domicilio en calle Paraná 230 en la persona del Cr. Santiago Palmieri, profesional de larga trayectoria y presencia activa en el medio. Esta corresponsalía es completada con la matrícula habilitante en Capital Federal de tres profesionales del Estudio
En la actualidad nuestras instalaciones cuentan con 200 m2 cubiertos, con once puestos de trabajo, desempeñándose cinco contadores y seis empleados altamente capacitados para las tareas específicas que tienen asignadas. El procesamiento de datos se efectúa en programas bajo windows, mediante terminales conectadas en red y con acceso a internet y correos electrónicos. El soporte tecnológico se completa con telefonía acorde a la demanda y todos los elementos necesarios para lograr una mayor optimización en la prestación de servicios al cliente.
El cuerpo profesional se capacita permanentemente en materia contable, impositiva, auditoria, costos y aspectos específicos en cada área de su especialidad como puede ser el sector agropecuario, comercio exterior, costos y circuitos administrativos.
Contamos con corresponsal en República Oriental del Uruguay y fluidos contactos en materia de comercio exterior y explotaciones agrícolas en la vecina orilla.
Hemos incursionado en búsqueda de soluciones a empresas en crisis, ya sea en materia concursal o de reestructuración de patrimonios. Esta rama de actividad llevó a dos socios del Estudios a efectuar el post-grado de especialización en sindicatura concursal, por dos años logrando egresar con holgadas notas y en tiempo correcto.
Desde el año 2001 a la fecha hemos reestructurado patrimonios en seis empresas en crisis, las cuales siguen en pleno funcionamiento volviendo a los niveles de actividad anteriores y en algunos casos superándolos.
El objetivo primordial es darle la posibilidad a los clientes de ampliar su horizonte en materia de proyectos, pudiendo evacuar dudas y contestar con probada fundamentación preguntas sobre proyectos de inversión en diversas áreas; teniendo como premisa que si le va bien a nuestros clientes nos va bien a nosotros.
Como objetivo operativo, se destaca el estar en permanente contacto con los clientes para detectar fallas o momentos de crisis, y en consecuencia efectuar un programa de acompañamiento, diagramando las actividades correctivas con un previo diagnóstico de la situación.